
The opportunity to pursue higher education can be an important factor in whether people are able to pursue their dream jobs. That opportunity has been a long-time in the making for 35-year-old Elvia Magdalena Muenala López, a recipient of a scholarship from The Tandana Foundation in Ecuador.
In the letter below, hear from the nontraditional university student about how the scholarship is opening doors to landing her dream career as an educator in her community.
Esta becaria demuestra que nunca es demasiado tarde para alcanzar tus sueños

La oportunidad de obtener una educación superior puede ser un factor importante para determinar si las personas pueden lograr el trabajo de sus sueños. Esa oportunidad lleva mucho tiempo en desarrollo para Elvia Magdalena Muenala López, de 35 años, becaria de la Fundación Tandana en Ecuador.
En la carta a continuación, escuche a la estudiante universitaria no tradicional sobre cómo la beca le está abriendo las puertas para conseguir la carrera de sus sueños como educadora en su comunidad.
Queridos señores de la Fundación Tandana,
La presente tiene la finalidad de agradecer la beca universitaria recibida, me sentí muy feliz y agradecida de saber que fui seleccionada como beneficiaria de la beca.
Mi nombre es Elvia Magdalena Muenala López. Tengo 35 años, soy indígena otavaleña, vivo en la Comunidad La Banda, tengo 5 hermanos y soy la segunda de ellos. Desde el jardín fui destacada en mis estudios, en la escuela fui abanderada en el colegio también y por este reconocimiento mi papá me regalo una bicicleta.
Desde niña mi sueño era ser docente y cuando termine el colegio quise estudiar docencia, pero en la universidad no me aceptaron por el título de bachiller que tenía y me dijeron que vaya a buscar en otro lado y es así que por consejo de un profesor del colegio ingrese a un Instituto Tecnológico para sacar una Tecnología en Sistemas y que así podría trabajar como docente de computación y como en esa época estaba en auge esa carrera me puse a estudiar.
A los 17 años le conocí al que ahora es mi esposo, éramos amigos luego novios y a los 20 años me case; como toda persona enamorada creíamos que íbamos a trabajar y todo iba a ser fácil pero aún recuerdo las palabras de mi hermana que me dijo del amor no se vive y en efecto tenía razón, pero por amor se puede conseguir todo.
Luego nació mi primera hija Nitzuki Belen Salazar Muenala, que se convirtió en el motor de nuestras vidas y todo lo que hacemos o dejamos de hacer ha sido y será en bienestar de ella y ahora también de Isabel Cristina Salazar Muenala, de 3 años, mi segundo amor eterno.
En el 2007 inicie mi trabajo como educadora en el Centro de Desarrollo Infantil Sisay Pacha de mi comunidad La Banda, luego trabajé en la Unidad educativa del Milenio Jatun Kuraka Otavalo, primero ingrese como docente de Kichwa y luego por la necesidad institucional fui docente del nivel inicial. Aquí labore hasta el año 2010 en el que por no contar con un título de tercer nivel fui desvinculada, pues la tecnología que tenía en ese momento no era suficiente.
En esos meses de desempleo el presidente de mi comunidad en ese entonces Antonio Anrango, que me estimaba mucho porque para la fecha mi hermana y yo éramos las únicas personas que estudiábamos, me informo que había un proyecto del estado para trabajar y estudiar y es así que en en 2011 ingrese en este proyecto denominado TAPS que trata de establecer la atención Primaria como eje fundamental del Nuevo Modelo de atención Integral en Salud del Ecuador y actualmente sigo laborando en el Ministerio de Salud Pública como TAPS (Técnico en Atención Primaria de Salud).
Mi trabajo consiste en educar a las personas sobre temas relacionados en un estilo de vida saludable, es así que realizamos actividades de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades en las visitas domiciliarias que se realizan a cada una de las familias de las 13 comunidades de influencia del Centro de Salud Quichinche, además de eso también realizo informes, matrices, vacunación y toma de signos vitales.

Por las razones que le comenté anteriormente y mi vocación de docencia, nace mi necesidad de obtener un título de tercer nivel sin embargo la falta de recursos económicos y diferentes situaciones a aplazado este objetivo, pero como nunca es tarde para cumplir los sueños, ha llegado el momento y gracias al apoyo de la Fundación Tandana esta vez sí lo voy a lograr.
En este momento me encuentro estudiando Licenciatura en Ciencias de la Educación en la Universidad del Pacífico de la ciudad de Guayaquil, estos estudios los realizo en modalidad virtual los días martes, jueves y los días sábados, esta modalidad es muy buena ya que el tiempo que emplearía en la movilización de mi casa a la universidad la ocupo con mi familia, pero uno debe ser muy responsable para conectarse a las clases, actualmente me faltan ya solo 7 meses para culminar con la carrera.

Nuevamente agradezco inmensamente la oportunidad que la Fundación me ha brindado aceptándome como beneficiaría de la beca universitaria, aliviando de esta manera la carga financiera en mi hogar con lo que puedo concentrarme de la mejor manera en el aprendizaje.
Su generosidad es una inspiración para contribuir con mi comunidad y la sociedad y creer que todavía en esta sociedad existen personas generosas que ayudan a personas menos afortunadas a lograr sus sueños
Sin más quedo muy agradecida y hasta una próxima oportunidad espero algún momento tener el gusto de conocer a mi patrocinador.
Atentamente,
Elvia Magdalena Muenala López
English
This scholarship student proves it’s never too late to achieve your dreams

The opportunity to pursue higher education can be an important factor in whether people are able to pursue their dream jobs. That opportunity has been a long time in the making for 35-year-old Elvia Magdalena Muenala López, a recipient of a scholarship from The Tandana Foundation in Ecuador.
In the letter below, hear from the nontraditional university student about how the scholarship is opening doors to landing her dream career as an educator in her community.
Dear sponsors of The Tandana Foundation,
This is intended to thank you for the university scholarship received. I felt very happy and grateful to know that I was selected as a beneficiary of the scholarship.
My name is Elvia Magdalena Muenala López. I am 35 years old. I am indigenous Otavaleña, and I live in the La Banda community. I have five siblings, and I am the second of them. since kindergarten, I was outstanding in my school studies. I was also a flag bearer at school and for this recognition my dad gave me a bicycle.
Since I was a child, my dream was to be a teacher, and when I finished school, I wanted to study teaching but the university did not accept me because of the kind of high school diploma I had. They told me to go look elsewhere and so on the advice of a teacher from the school, I entered a Technological Institute to get an associate’s degree in information systems. That way I could work as a computer teacher, and since that career was booming at that time, I started studying.
At 17, I met the man who is now my husband. We were friends, then dated, and at 20, I got married. Like all people in love, we believed that we were going to work and everything was going to be easy. But I still remember the words of my sister who told me that you do not live on love, and in fact she was right, but with love you can achieve everything.
Then my first daughter Nitzuki Belen Salazar Muenala was born, who became the engine of our lives. Everything we do, or stop doing, has been and will be for her well-being and now also for Isabel Cristina Salazar Muenala, 3 years old, my second eternal love.
In 2007, I began my work as an educator at the Sisay Pacha Child Development Center in my La Banda community. Then I worked at the Jatun Kuraka Otavalo Millennium Educational Unit; first, I became a Kichwa teacher and then due to institutional need I was a preschool teacher. I worked here until 2010 when, because I did not have a bachelor’s degree, I was dismissed, because the associate’s degree I had at that time was not enough.
In those months of unemployment, the president of my community at that time, Antonio Anrango – who praised me very much because at that time my sister and I were the only people who studied – informed me that there was a state project to work and study. That is how in 2011, I joined this project called TAPS, which tries to establish Primary Care as the fundamental axis of the New Model of Comprehensive Health Care in Ecuador, and I am currently working in the Ministry of Public Health as TAPS (Technician in Primary Health Care).
My job is to educate people on issues related to a healthy lifestyle, so we carry out Health Promotion and Disease Prevention activities in the home visits that are made to each of the families of the 13 communities of the Quichinche Health Center. In addition to that, I also make reports and matrices, and administer vaccinations, and take vital signs.

For the reasons that I mentioned before and my teaching vocation, my need to obtain a bachelor’s degree arises; however, the lack of financial resources and different situations have postponed this objective. But since it is never too late to fulfill dreams, the time has come. Thanks to the support of The Tandana Foundation, this time I am going to achieve it.
At this moment I am studying a Bachelor of Science in Education at the Universidad del Pacífico in the city of Guayaquil. I carry out these studies virtually on Tuesdays, Thursdays, and Saturdays. This format is very good, since the time that I would use to travel from my house to the university I spend with my family. Nevertheless, one must be very responsible to connect to the classes. Currently, I only have seven months left to finish my degree.

Once again, I am immensely grateful for the opportunity that the foundation has given me by accepting me as a beneficiary of the university scholarship, thus alleviating the financial burden on my home so that I can concentrate on learning in the best possible way.
Your generosity is an inspiration to contribute to my community and society and to believe that there are still generous people in this society who help less fortunate people achieve their dreams.
Without further ado, I am very grateful and, until the next opportunity, I hope to have the pleasure of meeting my sponsor.
Sincerely, Elvia Muenala
Français
Cet boursière montre qu’il n’est jamais trop tard pour réaliser ses rêves.

La possibilité d’obtenir un enseignement supérieur peut être un facteur important pour déterminer si les gens peuvent atteindre l’emploi de leurs rêves. Elvia Magdalena Muenala López, 35 ans, boursière de la Fondation Tandana en Équateur, a longtemps cherché à saisir cette opportunité.
Dans la lettre ci-dessous, l’étudiante non traditionnelle explique comment la bourse lui ouvre des portes pour poursuivre sa carrière de rêve en tant qu’éducatrice dans sa communauté.
Chers messieurs de la Fondation Tandana,
Je vous écris pour vous remercier de la bourse universitaire que j’ai reçue. J’ai été très heureuse et reconnaissant de savoir que j’ai été sélectionné comme bénéficiaire de la bourse.
Je m’appelle Elvia Magdalena Muenala López, j’ai 35 ans, j’habite dans la communauté de La Banda, j’ai 5 frères et sœurs, et je suis la deuxième d’entre eux. Depuis le jardin d’enfants je me suis distinguée dans mes études, à l’école j’étais aussi porte-drapeau et pour cette reconnaissance mon père m’a offert un vélo.
Depuis que je suis enfant, mon rêve était d’être enseignante et lorsque j’ai terminé l’école, j’ai voulu étudier l’enseignement, mais l’université ne m’a pas acceptée à cause de mon diplome et on m’a dit de chercher ailleurs. Sur les conseils d’un professeur de l’école, je suis entrée dans un institut technologique pour étudier la technologie des systèmes afin de pouvoir travailler comme professeur d’informatique et, comme à l’époque cette carrière était en plein essor, j’ai commencé à étudier.
À l’âge de 17 ans, j’ai rencontré l’homme qui est maintenant mon mari, nous étions amis, puis petit ami et petite amie et à l’âge de 20 ans je me suis mariée ; comme toutes les personnes amoureuses, nous pensions que nous allions travailler et que tout allait être facile. Mais je me souviens encore des mots de ma sœur qui m’a dit que l’on ne peut pas vivre d’amour et en effet elle avait raison, mais par l’amour on peut tout accomplir.
Puis ma première fille Nitzuki Belen Salazar Muenala est née, elle est devenue le moteur de nos vies et tout ce que nous faisons ou ne faisons pas a été et sera pour son bien-être et maintenant aussi pour Isabel Cristina Salazar Muenala, 3 ans, mon deuxième amour éternel.
En 2007, j’ai commencé à travailler comme éducatrice dans le centre de développement de l’enfant Sisay Pacha dans ma communauté La Banda, puis j’ai travaillé dans l’unité éducative du Millénaire Jatun Kuraka Otavalo, d’abord comme enseignante kichwa, puis en raison des besoins institutionnels, je suis devenue enseignante du niveau initial, où j’ai travaillé jusqu’en 2010. Lorsque j’ai été renvoyée parce que je n’avais pas de qualification de licence, la technologie dont je disposais à l’époque n’était pas suffisante.
Pendant ces mois de chômage, le président de ma communauté de l’époque, Antonio Anrango, qui me tenait en haute estime parce qu’à l’époque ma sœur et moi étions les seules personnes à étudier, m’a informé qu’il existait un projet d’État pour travailler et étudier et c’est ainsi qu’en 2011 j’ai rejoint ce projet appelé TAPS, qui vise à établir les soins primaires comme la pierre angulaire du nouveau modèle de soins de santé intégrés en Équateur et je travaille actuellement au ministère de la Santé publique en tant que TAPS (Technicien en soins de santé primaires).
Mon travail consiste à éduquer les gens sur les questions liées à un mode de vie sain, nous réalisons donc des activités de promotion de la santé et de prévention des maladies lors de visites à domicile dans chacune des familles des 13 communautés d’influence du Centre de santé Quichinche, en plus de cela je réalise également des rapports, des matrices, des vaccinations et des prises de signes vitaux.

Pour les raisons que j’ai mentionnées précédemment et ma vocation pour l’enseignement, mon besoin d’obtenir un diplôme de licence est très important, cependant le manque de ressources économiques et différentes situations ont reporté cet objectif, mais comme il n’est jamais trop tard pour réaliser ses rêves, et grâce au soutien de la Fondation Tandana, cette fois je vais le réaliser.
En ce moment je fais une licence en Sciences de l’éducation à l’Universidad del Pacífico dans la ville de Guayaquil, j’étudie en mode virtuel les mardis, jeudis et samedis, ce mode est très bien car le temps que je passerais à me déplacer de chez moi à l’université je le passe avec ma famille, mais il faut être très responsable pour se connecter aux cours, actuellement il ne me reste que 7 mois pour finir ces études.

Une fois de plus, je suis immensément reconnaissant de l’opportunité que la Fondation m’a donnée en m’acceptant comme bénéficiaire de la bourse universitaire, soulageant ainsi la charge financière de mon foyer afin que je puisse me concentrer sur l’apprentissage de la meilleure façon possible.
Leur générosité est une source d’inspiration pour contribuer à ma communauté et à la société et pour croire qu’il existe encore des personnes généreuses dans cette société qui aident les personnes moins fortunées à réaliser leurs rêves.
Sans plus tarder, je vous remercie et je me réjouis de rencontrer mon parrain à l’avenir.
Sincèrement vôtre,
Elvia Magdalena Muenala López