My body, still accustomed to a lifetime of changing seasons, told me that it was autumn and that Halloween was approaching. I wouldn’t have realized that just by looking out the window from my Ecuadorian host family’s home. Here you don’t experience the four distinct seasons as we are accustomed to in many parts of the U.S. In Ecuador, you have the rainy season and the dry season.
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I grew up in upstate New York and have fond childhood memories of crisp fall days raking the leaves from my neighbors’ massive oak trees to earn a few dollars and some sugar cookies as a snack for a job well done. Now, I was surrounded by freshly sowed corn fields and feeling the first rains of the season. The Ecuadorian festival of the moon, called Killa Raymi, had recently passed.

Living abroad you sometimes miss certain things from home. It could be friends, family, food, or the things you grew up with that made you who you are and give you warm fuzzy memories. Although I had grown out of Halloween and preferred to stay at home and pass out candy, I suddenly felt a bond with this link to my childhood. I was living with a host family in Panecillo, Ecuador and working for The Tandana Foundation leading their intercultural volunteer programs. There were a number of other U.S. volunteers living with host families at the time, and as Halloween was approaching it occurred to us all that we could offer a unique experience for our new friends, especially for our host siblings.
These families had hosted us in their homes and shared their lives and their cultures with us. We had found ways to reciprocate and live Tandana’s mission: “To support the achievement of community goals and address global inequalities through caring intercultural relationships that embody mutual respect and responsibility.” Among other things, this means showing up, sharing, and doing things together with your host family. Finding things to share with your host family is easy because you already have so much in common. That being said, there are many unique differences to explore. For example, Ecuadorians don’t celebrate Halloween, rather, they celebrate Día de los Difuntos, translated to the day of the deceased or All Soul’s Day. On this day, they honor the life and memories of those who have passed. The Ecuadorian children around us had heard of Halloween and were intrigued, especially for free candy.

As we started planning, we realized that we could not get the whole community involved, but decided to focus on all of our individual host families and host siblings. Since we all lived far enough apart from each other that walking house-to-house was not going to be an option, we decided that we would need to hire a truck to transport us between homes. We also understood that it would be a lot to ask of each family to buy candy, so we had the U.S. volunteer in each home buy enough candy for the night. We had a small assortment of disguises in our office that we lent out. That and everyone’s creativity made for some fun costumes.

Halloween arrived and we sent the truck to pick everyone up before we headed out together. As we arrived at the first house there was an air of confusion and of slight anxiety. They had never done this before, and some felt silly in their costumes. My shy host brother Inti needed constant reassurance that it was OK to be a werewolf-boy. I didn’t feel comfortable in my costume for two reasons, the first being that I was Backwards Man and all my clothes were on in reverse. The second reason was that as a kid I had been a Ghostbuster for Halloween at almost every chance I had so not being one didn’t feel right. Alas, I didn’t have the time to make my go-to disguise.

Everyone unloaded from the back of the truck and some practiced their new English phrase “trick-or-treat.” As the door opened and the first family member became visible with a basket full of candy in their hand, everyone rushed to the door and started pushing to get at the candy, as if they would not get any if they were last. We reassured everyone that there would be enough to go around, thanked the family whose home we visited, and got back in the truck ready to go to the next home. This repeated with better results and less shoving until we had been to everyone’s home and we all had received ample candy. Finally, the last house that we visited was the house of Don Vicente, Tandana’s Logistics Manager, and his family.

This is where the party started and we all drank Colada Morada, ate wawas de pan, in English bread babies, and enjoyed each other’s company as we howled with laughter at our silly costumes. It felt really fun to share something from our home country with our friends in a fun way. That was 2013 and 7 years ago now. It’s memories like these that I reflect back on, and which now give me new warm fuzzy feelings: unforgettable memories with new friends and caring intercultural relationships.
By A .T. DiMartino, Operations Director at Tandana
* Halloween is a national holiday in the U.S. on October 31 every year when everyone dresses in traditional monster costumes but now dresses however they want. The most remarkable thing about the party is that the best of families buy sweets to distribute to the children who come to knock on the door and say “trick-or-treat”.
Español
Noche de “Halloween” de bajo la sombra de Tayta Imabura, la noche un hombre lobo aulló a la luna andina
Mi cuerpo, todavía acostumbrado a una vida en que cambian las temporadas, me dijo que era otoño y que la noche de bruja se nos venía. No me habría dado cuenta de eso solo al mirar por la ventana de la familia ecuatoriana que me hospedaba. Aquí no se experimenta las cuatro temporadas como somos acostumbrados por el mejor de los EE. UU. En Ecuador solo se tiene la temporada mojada y la seca.

Crecí en el parte norte del estado de Nueva York y tengo recuerdos muy dulces de mi niñez de rastrillar hojas que caían de los robles gigantes que pertenecían a mis vecinos para ganar algunos pesos y galletas de azúcar por haber hecho un buen trabajo. Ahora, se me rodeaba maíz recién sembrada y sintiendo las primeras lluvias de la temporada. El festival de la luna ecuatoriana, que se llama Killa Raymi, ya había pasado.
A veces durante vivir al extranjero se extraña cosas del hogar. Puede que sean amigos, familia, comida, o cosas con las que se creció que se forman parte del humano y que dan recuerdos bien dulces. Aunque ya había crecido de celebrar noche de brujas y prefería quedarme en case para repartir dulces, de repente sentí una conexión con mi niñez. Vivía con la familia que me hospedaba en Panecillo, Ecuador y trabajando para la Fundación Tandana siendo líder para su programa de voluntario internacional. Había un gran numero de otros voluntarios estadunidenses que fueron hospedados por familias en aquel tiempo, y así como venía noche de bruja, nos damos cuenta de que pudimos dar una experiencia única a nuestros amigos nuevos, especialmente a los niños.
Estas familias que nos habían hospedado en sus hogares y nos compartieron sus vidas y culturas con nosotros. Habíamos encontrado maneras a reciprocar y vivir la misión de Tandana: “Apoyar el logro de metas de comunidad y abordar las inequidades por cariñosas relaciones interculturales que dan forma al respeto mutual y responsabilidad.” Sobre todo, la misión significa mostrándose a ayudar, compartiendo, y haciendo cosas junto a la familia con que se vive. Encontrar cosas para compartir con la familia es bien fácil porque ya se tendrá cosas en común con ellos. Haber dicho eso, hay varias cosas únicas para explorar. Por ejemplo, ecuatorianos no celebran noche de bruja, mejor dicho, celebran día de los difuntos. En este día honran la vida y los recuerdos a ellos que se han pasado. Los niños cercas de nosotros se enterraron de noche de bruja y les tocó saber mas, especialmente para dulces gratis.

Mientras planeábamos, nos dimos cuenta de que no se pudo incorporar toda la comunidad así que decidimos enfocar solamente en las familias con que vivíamos y sus niños. Nos vivíamos demasiado lejos para caminar así que contratamos una camioneta para llevarnos entre las casas. También sabíamos que no sería posible preguntar que las familias compraran dulces para todos y por eso preguntamos que los voluntarios estadunidenses compraran las dulces para quedarnos al final de la noche. Teníamos una variedad chiquita de disfraces en nuestra oficina que repartimos. Eso y la creatividad de todos hicieron disfraces muy divertidos.
La noche de brujas llegó y mandamos la camioneta a recoger todos antes de que salimos juntos. Mientras llegamos a la primera casa hubo un sentimiento de confusión y ansiedad. Nunca habían celebrada la noche de brujas antes, y algunos sentían tontos en sus disfraces. El niño con que yo vivía, Inti, necesitaba consuelo constante que si podía ser un hombre lobo. Yo no sentía cómodo en mi disfraz tampoco porque yo fui “el hombre al reverse” y toda mi ropa me llevaba así. la segunda razón es porque por toda mi vida me he vestido como un Ghostbuster para noche de brujas en cada instante que pude así que no vestirme como uno so sintió bien. Pues, no tuve tiempo para hacer mi favorito disfraz.

Todos salieron de la camioneta y algunos practicaron su nueva frase en ingles “trick-or-treat”. cuando la primera familia se vio con una canasta llena de dulces en su mano, todos corrieron a la puerta y empezaron a empujarse para recoger dulces, como si no fueran a recoger primera, ninguna dulce se les llegaría al fin. Dijimos a todos que habría tanto para repartir, agradecimos a la familia a la que tenía la casa que visitamos, y subimos de nuevo a la camioneta listos para andar a la próxima casa. Así paso para toda la noche hasta que todos habían podido recoger bastante dulces y visitamos a cada casa. Finalmente, la última casa que vistamos era la del Don Vicente, el Gerente de Logistica de Tandana, y su familia.

Aquí empezó la fiesta y bebimos Colada Morada, comimos wawas de pan, y disfrutamos de nuestra compañía mientras aullábamos de risa a nuestros disfraces tontos. Sintió muy bien poder compartir algo de nuestra patria con nuestros amigos en una manera tan divertida así. Aquel tiempo fue en 2013 y hace ya 7 años. Son recuerdos como estos que todavía reflejo sobre, y que ahora me dan sentimientos muy dulces: recuerdos inolvidables con amigos buenos y relaciones cariñosos e interculturales.
Por A. T. DiMartino, Director de Operaciones, Tandana
*la noche de bruja, conocido como Halloween es una fiesta nacional en los EEUU en el 31 de octubre cada año cuando todos se visten de disfraces de monstruos tradicionalmente pero ahora se visten como quieran. La cosa mas notable de la fiesta es que lo mejor de familias compran dulces para repartir a los niños que se les vienen a tocar la puerta y decir “trick-or-treat”.
Français
Halloween sous l’ombre de Tayta Imbabura, la nuit où un loup-garou a hurlé à une lune andine
Mon corps, encore habitué à toute une vie de saisons changeantes, m’a dit que c’était l’automne et que Halloween* approchait. Je n’aurais pas réalisé cela simplement en regardant par la fenêtre de la maison de ma famille d’accueil équatorienne. Ici, vous ne vivez pas les quatre saisons distinctes comme nous sommes habitués dans les nombreuses régions des États-Unis. En Équateur, vous avez la saison des pluies et la saison sèche.
J’ai grandi dans le nord de New York et j’ai des bons souvenirs d’enfance de jours d’automne croquants quand je ratissais les feuilles des grands chênes de mes voisins pour gagner quelques dollars et des biscuits au sucre comme récompense pour un travail bien fait. Maintenant, j’étais entouré par des champs de maïs fraîchement semés et je ressentais les premières pluies de la saison. Le festival équatorien de la lune, appelé Killa Raymi, était récemment passé.

Vivant à l’étranger vous manquez parfois certaines choses de chez vous. Ça pourrait être des amis, la famille, la nourriture ou les choses avec lesquelles vous avez grandi qui a fait de vous la personne que vous êtes et qui vous donnent des souvenirs chaleureux. Bien que je sois sortie d’Halloween et que je préfère rester à la maison et distribuer des bonbons, j’ai soudainement ressenti un lien avec avec mon enfance. Je vivais dans une famille d’accueil à Panecillo, en Équateur, et je travaillais pour la Fondation Tandana à la tête de leurs programmes de volontariat interculturel. Il y avait un certain nombre de volontaires américains vivant dans des familles d’accueil à l’époque, et à l’approche de l’Halloween, il nous est apparu que nous pourrions offrir une expérience unique à nos nouveaux amis, en particulier à nos frères et sœurs hôtes.
Ces familles nous avaient accueillis dans leurs maisons et partageaient leurs vies et leurs cultures avec nous. Nous avions trouvé des moyens de rendre la faveur et de vivre la mission de Tandana: «Soutenir la réalisation des objectifs communautaires et lutter contre les inégalités mondiales grâce à des relations interculturelles bienveillantes qui incarnent le respect et la responsabilité mutuels.» Cela signifie se présenter, partager et faire des choses ensemble avec votre famille d’accueil. Trouver des choses à partager avec votre famille d’accueil est facile car vous avez déjà tellement de choses en commun. Cela étant dit, il existe de nombreuses différences uniques à explorer. Par exemple, les Équatoriens ne célèbrent pas Halloween, ils célèbrent plutôt le Día de los Difuntos, traduit à “le jour du défunt” ou à “le jour de mort”. En ce jour, ils honorent la vie et les souvenirs de ceux qui sont décédés. Les enfants équatoriens autour de nous avaient entendu parler d’Halloween et étaient intrigués, en particulier par les bonbons gratuits.

Lorsque nous avons commencé à planifier, nous nous avons rendu compte que nous ne pouvions pas impliquer toute la communauté, mais avons décidé de nous concentrer sur toutes nos familles d’accueil individuelles et nos frères et sœurs hôtes. Comme nous vivions tous suffisamment éloignés les uns des autres pour que marcher de maison en maison n’allait pas être une option, nous avons décidé de louer un camion pour nous transporter entre les maisons. Nous avons également compris que ça serait beaucoup de demander à chaque famille d’acheter des bonbons, alors nous avons demandé au bénévoles américains dans chaque maison d’acheter suffisamment de bonbons pour la nuit. Nous avions un petit assortiment de déguisements dans notre bureau que nous avons prêté. Cela et la créativité de tous ont fait des costumes amusants.

Halloween est arrivé et nous avons envoyé le camion chercher tout le monde avant qu’on est parti. En arrivant à la première maison, il y eut un air de confusion et d’anxiété légère. Ils n’avaient jamais fait cela auparavant, et certains se sentaient ridicules dans leurs costumes. Mon frère hôte timide, Inti, avait besoin d’être constamment rassuré sur le fait que c’était OK d’être un garçon-loup-garou. Je ne me sentais pas à l’aise dans mon costume pour deux raisons, la première étant que j’étais Backwards Man et que tous mes vêtements étaient à l’envers. La deuxième raison était qu’en tant qu’enfant, j’étais un Ghostbuster pour Halloween à presque toutes les occasions que j’avais eu, donc ne pas en être un ne me sentait pas bien. Hélas, je n’ai pas eu le temps de faire mon déguisement de choix.

Tout le monde a déchargé de l’arrière du camion et certains ont pratiqué leur nouvelle expression anglaise «trick-or-treat». Alors que la porte s’est ouvert et que le premier membre de la famille est devenu visible avec un panier plein de bonbons à la main, tout le monde s’est précipité vers la porte et a commencé à se pousser pour obtenir les bonbons, comme s’ils n’en recevaient pas s’ils étaient les derniers. Nous avons rassuré tout le monde sur le fait qu’il y en aurait assez pour tout le monde; nous avons remercié la famille dont nous avons visité la maison et sommes revenus dans le camion prêt à aller à la maison suivante. Cela s’est répété avec des meilleurs résultats et moins de bousculades jusqu’à ce que nous soyons allés chez tout le monde et que nous ayons tous reçu suffisamment de bonbons. Enfin, la dernière maison que nous avons visitée était la maison de Don Vicente, le Chargé de la Logistique de Tandana, et sa famille.
C’est là que la fête a commencé et nous avons tous bu du Colada Morada, mangé du wawa’s de pan, dans des petits pains anglais, et apprécié la compagnie de l’autre en hurlant de rire devant nos costumes idiots. C’était vraiment amusant de partager quelque chose de notre pays d’origine avec nos amis d’une manière amusante. C’était en 2013 et il y a 7 ans maintenant. Ce sont des souvenirs comme ceux-là sur lesquels je réfléchis et qui me donnent maintenant de nouveaux sentiments chaleureux: des souvenirs inoubliables avec des nouveaux amis et des relations interculturelles bienveillantes.
Par A. T. DiMartino, Directeur des Opérations, Tandana
*Halloween, connue sous le nom d’Halloween, est une fête nationale aux États-Unis le 31 octobre de chaque année lorsque tout le monde s’habille avec des costumes de monstres traditionnels mais s’habille maintenant comme il l’entend. La chose la plus remarquable à propos de la fête est que les meilleures familles achètent des bonbons pour les distribuer aux enfants qui viennent frapper à la porte et dire «bonbons ou friandises».