About the Cutambi community and how Tandana supported the construction of its community center

The following narrative about the Cutambi community in Ecuador and the construction of a community center there was shared by Fausto Montalvo, the community’s president, and Fabiola Matango, a community member.

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Sobre la comunidad de Cutambi y cómo Tandana apoyó la construcción de su casa comunal

La siguiente narrativa sobre la comunidad de Cutambi en Ecuador y la construcción de una casa comunal fue compartida por Fausto Montalvo, presidente de la comunidad, y Fabiola Matango, miembro de la comunidad.

Fausto:

Comunidad de Cutambi perteneciente a la parroquia San José de Quichinche, está ubicado aproximadamente a 15 kilómetros de la ciudad de Otavalo, mas o menos a 30 minutos viajando en bus. La comunidad está conformada por 90 familias. Hay una escuela con 60 estudiantes y cuatro profesoras, la escuela brinda la educación básica es decir cuando termine su séptimo grado, tienen que salir a la ciudad mas cercana para continuar sus estudios y alcanzar su titulo de bachiller. Es aquí donde se enfrentan a nuevas cosas nuestros jóvenes de la comunidad, cierta cantidad de estudiantes han decido salir a la ciudad para continuar con sus estudios, pero otra parte de jóvenes se han visto obligados ha quedar en la casa ya que sus padres no tienen suficientes recursos económicos para inscribir en las instituciones educativas en la ciudad de Otavalo.

Estos adolescentes se quedan en las comunidades para ayudar a sus padres en las labores diarias como es trabajar en el campo, producir productos de la zona, como papas, habas, alverjas, maíz, frejol y entre otros productos que serán utilizados para el consumo como alimento, y también algunos tienen como ganados, chanchos y pollos para criar y estos serán vendidos cuando sean grandes es una fuente de ingreso, para sostener a la familia y servirá para comprar otros complementos que se necesitan en el hogar.

Fabiola:

Cuando ya crecen contraen matrimonio, ahora ya aparecen otras necesidades no es suficiente vivir con la economía del campo, porque los granos ni siquiera tienen un costo alto como para cubrir las compras básicas de consumo. Por lo tanto, deben decidir buscar otra fuente de ingreso. Es ahí cuando los esposos toman la decisión de salir de sus hogares dejando a sus hijos y su esposa para busca una mejor oportunidad. Si no tienen un titulo profesional eso no les impide quedarse en la misma comunidad. Deben tomar una decisión, la mayor parte de la comunidad se dedica al trabajo de construcción, por lo que les permite vivir cubriendo con las necesidades básicas y sostener a la nueva familia. Es por esto que la mayoría de las familias nos dedicamos a trabajos de construcción. Algunos regresan cada día a sus hogares, otros cada semana y hay otros que trabajan en ciudades mas lejos como Quito, Cuenca, Guayaquil y solo pueden regresar cada fin de mes.

Las madres permanecen junto a sus hijos cuidando en su crecimiento, pero también tienen responsabilidad de seguir sembrando la tierra y cultivando junto a los pequeños niños. Como indígenas que somos tenemos habilidades, donde la mayor parte de las familias de esta comunidad se dedican a hacer artesanías; hacemos pulseras para la mano. Desde nuestras abuelitas hemos aprendido y seguimos trabajando en esto, aunque los pagos no son altos. Nosotras cogemos por obra y por docenas, es decir 12 unidades equivale a una doce, cuando termine de hacer una doce, podre cobrar $2,50, durante la semana se puede hacer de cuatro a diez docenas bien trabajadas, esto lo hacemos mientras salimos a pastar a los ganados o cuando estamos descansando después de trabajar en el campo. Así es nuestra forma de vivir y ayudar al ingreso de los esposos no solo esperamos de él.

Fausto:

Las comunidades indígenas siempre tenemos la costumbre de reunirnos en casa comunal para planificar de nuestros trabajos en minga, por ejemplo: si hay muchas plantas que están bloqueando el camino, ponemos una fecha, y todos de forma organizada salimos a trabajar en grupos. Pero nuestra casa comunal de reuniones, estaba en muy mal estado, los techos con agujeros, cuando lluvia el agua pasaba al cuarto y lo cual incomodaba a todos quienes estábamos en reunión y también nos dimos cuenta que el espacio era pequeño. Y los dirigentes empezaron a soñar con una casa comunal nueva. 

Nuestros dirigentes del turno han ido preocupándose, como mejorar este centro de reuniones. Es así cuando nos surge una idea y a la misma vez una ilusión de buscar ayuda y porque que no buscar un apoyo con la fundación Tandana, nos imaginábamos y empezamos a diseñar nuestras ideas en papeles, y luego expusimos a la fundación Tandana de nuestras necesidades y creemos que era lo más principal e importante para todos quienes habitamos en esta comunidad llamada Cutambi. Tandana fue la primera institución en que pensamos porque tuvimos la oportunidad de recibir la brigada médica en el que todos fuimos beneficiadas, aunque todos estábamos tímidos pudimos ver el compromiso de trabajar con la gente que habitan en esta zona.

Después de previas conversas verbales y documentadas y aceptados acuerdos de lado a lado, iniciamos a trabajar juntos de forma coordinada: con maquinaria la comunidad limpiamos toda la casa comunal vieja para que nuestros compañeros de Tandana puedan iniciar ubicando columnas de soporte para el proyecto que era de dos pisos. (Primera fase colocación de columnas y cimientos) aunque los costos eran altos estábamos de acuerdo hacer por fase y con paciencia. Era responsabilidad de Tandana entregarnos con todos los acabados del piso con baldosa. Pero por parte de dirigentes habían conseguido donación de baldosas entre otros materiales necesarios para avanzar con la siguiente fase del proyecto por otras instituciones públicas (segunda fase techo). Y es por eso que Tandana cambio de planes y nos ayudó en esta última fase que consistió en pintada, colocada de ventanas y pasamanos. Todos hemos trabajado para hacer realidad este sueño, hemos tenido presencia de grupos de voluntarios extranjeros en las mingas junto a miembros de la comunidad, y el primer grupo con el cual trabajamos fue ARCC en al año 2015 del mes de junio. Tambien trabajo otro grupo de ARCC en noviembre del 2015, en septiembre del 2016 ayudó a pintar el consejo y personal de Tandana, y en diciembre del 2019 tambien ayudo un grupo de Lindsey Wilson College.

Después de seis años hemos terminado de construir nuestra casa comunal, es amplio y cómodo, donde todos los miembros de la comunidad disfrutamos de esta construcción maravillosa. Desde que tuvimos la segunda fase del proyecto ya hemos venido utilizando con las personas que no tienen familias y fallecen: es decir cuando una persona muere nosotros tenemos la costumbre de hacer velaciones por dos días, y esto a sido muy bueno porque nos servirá para esto y muchas cosas más, porque tenemos anualmente las fiestas de Inti Raymi, ya que nosotros no contábamos con espacio para recibir invitados especiales ya sea de la misma comunidad u otras comunidades que se comparte durante el mes de junio, también usaremos cuando organizamos pequeños juegos de futbol a nivel de la comunidad. Aunque aun no lo hemos ejecutado estamos pensando en usar este espacio para talleres de jóvenes, madres de familia o niños de la comunidad.

Todos los habitantes de la comunidad queremos expresar nuestros agradecimientos y decirles que estamos felices de tener una gran casa comunal, acogedor, espacioso y presentable para todos los visitantes y esperamos que nos sigan ayudando con otros proyectos que estamos pensando y quedamos muy agradecidos a los grupos de voluntarios que trabajaron en esta construcción muy importante para nosotros.

English

About the Cutambi community and how Tandana supported the construction of its community center

The following narrative about the Cutambi community in Ecuador and the construction of a community center there was shared by Fausto Montalvo, the community’s president, and Fabiola Matango, a community member.

Fausto:

The community of Cutambi, pertaining to the San Jose of Quinchinche parish, is located approximately 15 kilometers from the city of Otavalo, more or less 30 minutes traveling by bus. The community has 90 families. There is a school with 60 students and four teachers. The school provides basic education, meaning that when they finish the seventh grade, students have to go to the nearest city to continue with their education and to earn their high school diploma. Here is where our young people from the community face new things. A certain number of students decide to go out to the city to continue their studies, but on the other hand, other young people are forced to stay at home because their parents do not have the financial means to enroll them in educational institutions in the city of Otavalo.

These adolescents stay in the community to help their parents with the daily chores like work on the fields, producing local products, such as potatoes, runnerbeans, fava beans, corn, peas, among other products that will be used for food. Others also have cattle, pigs, and chickens to raise and these will be sold when they grow and will be a source of income to support the family, and this income will be used to buy other things that are needed at home.

Fabiola:

When these adolescents grow up, they get married. Now, they face other needs and what they earn in the field is not enough, because grains do not even have a high enough cost to cover basic consumer purchases. Therefore, they must decide whether to seek another source of income. In these situations, men often make the decision to leave their homes, their children, and their wives in search of better opportunities. If they do not have a diploma that does not prevent them from staying in the same community. They must make a decision. Most male members of the community pursue construction work, which allows them to live with basic needs and support their new family. This is why most of our families do construction work. Some return to their homes every day, others every week, and there are others who work in cities far away like Quito, Cuenca, Guayaquil and can only return at the end of the month.

Mothers care for their children, taking care of their growth, but also the responsibility to continue sowing the land with their little children. As indigenous people, we have skills, where most of the families of this community are dedicated to making handicrafts; we make bracelets. We have learned from our grandmothers and we keep working on this, although the payments from the bracelets are not high. We take in piece work by the dozens, that is, 12 units. When I finish  making twelve bracelets, I make $2.50.  During the week, we can do four dozens to ten dozens well made. We do this while we go out to graze the cattle or when we are resting after working in the fields. This is our way of life, and it helps supplement the income from our husbands, so we do not only wait for them to provide.

Fausto:

In indigenous communities, we get together in the community center to plan our work in minga. For example, if there are plants that are blocking the road, we set a date, and we all in an organized way go out to work in groups. Our community center was in bad condition – the ceiling had holes – so when it rained the water went through to the other room and made everyone in the meeting uncomfortable. We also realized that the room was small. And the leaders started to dream of a new community center.

Our current leaders have worried about how to fix the room for meetings. This is how the idea emerged to look for help, and to seek support from The Tandana Foundation. We believe that it was the most important need for the people who lived in this community called Cutambi. Tandana was the first institution we thought of because we had the opportunity to receive support from the medical clinics, in which we were all benefited. Although we were all shy, we could see the commitment from Tandana to work with the people who live in this area.

After previous verbal and documented conversations and accepted side-by-side agreements, we began to work together in a coordinated way. Using machinery, the community cleaned up all of the remains of the old community center so that our colleagues from Tandana could start by locating support columns for the project that had two floors. (First phase was placement of columns and foundations.) Although the costs were high, we agreed to do it per phase and with patience. It was Tandana’s responsibility to deliver the tile for finishing the floor to us. But then the community leaders obtained a donation of tiles among other materials needed to move forward with the next phase of the project from other public institutions (Second phase was the roof). And that is why Tandana changed plans and helped us in this last phase that consisted of painting and placing windows and handrails. We have all worked to make this dream come true, we have had the presence of groups of international volunteers in the mingas together with members of the community. The first group we worked with was ARCC in June 2015. Another group from ARCC also worked in November 2015, then in September 2016 the Tandana board and staff helped paint, and in December 2019 a group from Lindsey Wilson College also assisted.

After six years, we have finished building our community center. It is spacious and comfortable, where all the members of the community can enjoy this wonderful construction. Since we had completed the second phase of the project, we have already been using it when people who do not have big families die. For example, when a person dies we have the custom of holding vigils for two days, and some people don’t have family members with a house large enough to host these vigils. This community center has been very good because it will help us with this and many more things. Since we have annual Inti Raymi festivities, we did not have space to receive special guests from the same community or other communities during the shared celebration in the month of June, but now we do. We will also use it when we organize small soccer games within the community. Although we have not yet done it, we are thinking of using this space for workshops for young people, mothers, or children of the community.

All the inhabitants of the community would like to express our gratitude and say that we are happy to have a large, cozy, spacious and presentable community center for all visitors. We hope that you will continue to help us with other projects that we are thinking about, and we are very grateful to the volunteer groups who worked on this construction. It is very important to us.

Français

À propos de la communauté Cutambi et comment Tandana a soutenu la construction de son centre communautaire

Le récit suivant sur la communauté Cutambi en Équateur et la construction d’un centre communautaire là-bas a été partagé par Fausto Montalvo, président de la communauté, et Fabiola Matango, membre de la communauté.

Fausto :

La communauté de Cutambi, appartenant à la paroisse San José de Quinchinche, est située à environ 15 kilomètres de la ville d’Otavalo, à plus ou moins 30 minutes de trajet en bus. La communauté compte 90 familles. Il y a une école avec 60 élèves et quatre enseignants. L’école dispense un enseignement de base, ce qui signifie qu’à la fin de la septième année, les élèves doivent se rendre dans la ville la plus proche pour y poursuivre leurs études et obtenir leur diplôme d’études secondaires. C’est ici que nos jeunes de la communauté font face à de nouvelles choses. Un certain nombre d’étudiants décident de sortir en ville pour poursuivre leurs études, mais d’un autre côté, d’autres jeunes sont contraints de rester à la maison, car leurs parents n’ont pas les moyens financiers de les inscrire dans les établissements d’enseignement de la ville d’Otavalo.

Ces adolescents restent dans la communauté pour aider leurs parents dans les tâches quotidiennes, comme les travaux des champs, la production de produits locaux, tels que les pommes de terre, les haricots, les fèves, le maïs, les pois, entre autres produits qui seront utilisés pour la nourriture. D’autres ont également du bétail, des porcs et des poulets à élever et ceux-ci seront vendus lorsqu’ils grandiront et seront une source de revenus pour subvenir aux besoins de la famille, et ces revenus seront utilisés pour acheter d’autres choses dont la maison a besoin.

Fabiola :

Quand ces adolescents grandissent, ils se marient. Désormais, ils sont confrontés à d’autres besoins et ce qu’ils gagnent au champ ne suffit pas, car les céréales n’ont même pas un coût suffisamment élevé pour couvrir les achats de base des consommateurs. Par conséquent, ils doivent décider s’ils recherchent une autre source de revenus. Dans ces situations, les hommes prennent souvent la décision de quitter leur foyer, leurs enfants et leurs épouses à la recherche de meilleures opportunités. S’ils n’ont pas de diplôme, cela ne les empêche pas de rester dans la même communauté. Ils doivent prendre une décision. La plupart des membres masculins de la communauté poursuivent des travaux de construction, ce qui leur permet de vivre avec les besoins de base et de subvenir aux besoins de leur nouvelle famille. C’est pourquoi la plupart de nos familles font des travaux de construction. Certains rentrent chez eux tous les jours, d’autres toutes les semaines, et il y en a d’autres qui travaillent dans des villes lointaines comme Quito, Cuenca, Guayaquil et ne peuvent rentrer qu’à la fin du mois.

Les mères prennent soin de leurs enfants, prennent soin de leur croissance, mais aussi la responsabilité de continuer à semer la terre avec leurs jeunes enfants. En tant qu’autochtones, nous avons des compétences, là où la plupart des familles de cette communauté se consacrent à l’artisanat ; nous fabriquons des bracelets. Nous avons appris de nos grands-mères et nous continuons à travailler à cela, même si les paiements des bracelets ne sont pas élevés. Nous prenons du travail à la pièce par douzaines, soit 12 unités. Quand j’ai fini de faire douze bracelets, je gagne 2,50 $.  Pendant la semaine, on peut faire de quatre douzaines à dix douzaines bien faites. Nous le faisons pendant que nous sortons faire paître le bétail ou lorsque nous nous reposons après avoir travaillé dans les champs. C’est notre mode de vie, et cela aide à compléter les revenus de nos maris, donc nous n’attendons pas seulement qu’ils pourvoient.

Fausto :

Dans les communautés autochtones, nous nous réunissons au centre communautaire pour planifier notre travail en groupe. Par exemple, s’il y a des plantes qui bloquent la route, nous fixons une date, et nous sortons tous de manière organisée pour travailler en groupe. Notre centre communautaire était en mauvais état – le plafond avait des trous – alors quand il pleuvait, l’eau passait dans l’autre pièce et mettait tout le monde mal à l’aise lors de la réunion. Nous nous sommes également rendu compte que la salle était petite. Et les dirigeants ont commencé à rêver d’un nouveau centre communautaire.

Nos dirigeants actuels se sont inquiétés de savoir comment aménager la salle pour les réunions. C’est ainsi qu’est née l’idée de chercher de l’aide et de solliciter le soutien de la Fondation Tandana. Nous pensons que c’était le besoin le plus important pour les personnes qui vivaient dans cette communauté appelée Cutambi. Tandana a été la première institution à laquelle nous avons pensé car nous avons eu l’opportunité de bénéficier du soutien des cliniques médicales, dont nous avons tous bénéficié. Même si nous étions tous timides, nous pouvions voir l’engagement de Tandana à travailler avec les gens qui vivent dans cette région.

Après de précédentes conversations verbales et documentées, et des accords côte à côte acceptés, nous avons commencé à travailler ensemble de manière coordonnée. À l’aide de machines, la communauté a nettoyé tous les vestiges de l’ancien centre communautaire afin que nos collègues de Tandana puissent commencer par localiser des colonnes de soutien, car le projet avait deux étages. (La première phase consistait à placer les colonnes et les fondations). Même si les coûts étaient élevés, nous avons convenu de le faire par phase et avec patience. C’était la responsabilité de Tandana de nous livrer le carrelage pour la finition du sol. Mais ensuite, les dirigeants de la communauté ont obtenu un don, d’autres institutions publiques, de tuiles parmi d’autres matériaux nécessaires pour aller de l’avant avec la phase suivante du projet (la deuxième phase était le toit). Et c’est pourquoi Tandana a changé de plan et nous a aidés dans cette dernière phase qui consistait à peindre et à placer des fenêtres et des mains courantes. Nous avons tous travaillé pour que ce rêve devienne réalité, nous avons eu la présence de groupes de volontaires internationaux, dans les groupes de travail, avec des membres de la communauté. Le premier groupe avec lequel nous avons travaillé était ARCC en juin 2015. Un autre groupe de l’ARCC a également travaillé en novembre 2015, en septembre 2016 le conseil et equipe de la Fondation Tandana a aidé a peintre, et en décembre 2019, un groupe du Lindsey Wilson College a également aidé.

Après six ans, nous avons terminé la construction de notre centre communautaire. Il est spacieux et confortable, où tous les membres de la communauté peuvent profiter de cette magnifique construction. Depuis que nous avons terminé la deuxième phase du projet, nous l’utilisons déjà lors du décès de personnes qui n’ont pas une grande famille. Par exemple, lorsqu’une personne décède, nous avons l’habitude d’organiser des veillées pendant deux jours, et certaines personnes n’ont pas de membres de la famille, avec une maison assez grande pour accueillir ces veillées. Ce centre communautaire a été très bien car il nous aidera avec cela et bien d’autres choses. Comme nous avons des festivités annuelles de l’Inti Raymi, nous n’avions pas d’espace pour recevoir des invités spéciaux de la même communauté ou d’autres communautés lors de la célébration commune du mois de juin, mais maintenant c’est possible. Nous l’utiliserons également lors de l’organisation de petits matchs de football au sein de la communauté. Bien que nous ne l’ayons pas encore fait, nous pensons utiliser cet espace pour des ateliers pour les jeunes, les mères ou les enfants de la communauté.

Tous les habitants de la communauté aimeraient exprimer notre gratitude et dire que nous sommes heureux d’avoir un grand centre communautaire confortable, spacieux et présentable pour tous les visiteurs. Nous espérons que vous continuerez à nous aider avec d’autres projets auxquels nous pensons, et nous sommes très reconnaissants aux groupes de bénévoles qui ont travaillé sur cette construction. C’est très important pour nous.

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