A look at the multiple phases of the community projects volunteers work on

The highlight of any Tandana volunteer venture is the community project. This is a project proposed by community members and then paired with an upcoming volunteer group that will best be able to contribute. As a Program Coordinator for The Tandana Foundation, it is one of my responsibilities to facilitate and organize the logistics of working on a project with community members and volunteers. We like to be upfront about what the expectations are for what a group can realistically accomplish during their stay.
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Unlike other organizations, we do not promise that a group will come and be able to see a project from start to finish in one week; rather, we ensure that each group knows that they are contributing to the bigger picture. Many projects, like constructing a water tank, building and painting a community center, or installing new pipes for a water system, require multiple phases of work and therefore multiple groups’ effort. Each phase of a project requires commitment from the community as well as the volunteers. Community members are on site each day working and guiding volunteers on how the plan will be executed. To explain what these different phases can look like, I will walk you through the timeline of one of the projects that Tandana worked on during 2019, the construction of a water tank in Motilon Chupa.

Motilon Chupa is a small community located about an hour outside of Otavalo. Community members approached the foundation in 2018 with a proposal to build a water tank to better harness water from a mountain stream, both for irrigation and personal use. At this point, the pipes from the stream to the community were already in place, but without a formal tank, the pipes were often filled with rocks and mud. Additionally, during the dry summer months the water was scarce.

The first phase of the tank began when students from the ACES program at Northeastern University came for their spring break in March 2019. They spent a week carrying mud and rocks out of the pit in order to better define the outline of the tank. This also included carving out the back part of the area of rock and earth so that landslides into the pit would not occur. Here you can see some photos of the group working alongside community members to empty debris from the pit, as well as what the original area looked like before construction could begin. Volunteers took turns shoveling, pushing wheelbarrows full of material, passing buckets of mud, and carrying rocks to reach the desired depth and width of the pit.

The next phase of the tank began in May 2019, when students from Colgate University spent two weeks living in Motilon Chupa with host families. This group had the hardest task- mixing material to make cement and carrying the cement to the tank. This is a labor-intensive and time sensitive process. Once water is added to the material, it needs to be mixed and transported quickly before it starts to set. The combination of dry cement, sand, gravel, and water was mixed by hand using shovels and hoes, and transported by wheelbarrows and buckets. Luckily, a few community members are maestros, skilled masons who lead construction projects. They guided the group on the correct quantity of materials and the best techniques to mix the cement. Everyone took turns mixing, and joining in the fire line to carry materials up the hill to the tank site. Below you can see part of that process taking place, as well as the base layer of the tank and the first walls being constructed.

The next stage of the project did not take place until November 2019. A group of ARCC gap year students stayed nearly a week in Motilon Chupa to work on the next phase of construction. This also included mixing cement and carrying materials to construct the back wall of the tank. In these photos you can see the volunteers and community members working from inside the tank, as well as the project’s maestro looking at the near final project. At this point, the tank is nearly complete and can be used as a water reservoir, but there are still some final touches to be added.

The final phase of this project will include covering the tank with a plastic top so debris cannot contaminate the water inside, a small cement “sidewalk” around the perimeter of the tank, and a barbed wire fence around the area to prevent animals such as dogs and cows from getting too close to the area.

As you can see, this was a project that required a lot of manual labor, and could not be completed all at once. It required a commitment from community members to participate in each work day with the volunteers, many hours of planning, and a few months of waiting for a volunteer group that would be a good fit to work on this project. Each of the three groups worked on essential parts of this project, and all of the volunteers worked extremely hard in order to contribute as much as they could in a short period of time to help get to the next phase. Community members will agree that it was a long, difficult process, but that it was a great experience to host volunteers in Motilon Chupa and work together to build the new water tank.

By Charlotte Ford, Program Coordinator

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Una mirada a las múltiples fases de los proyectos comunitarios en los que los voluntarios trabajan

Lo más destacado de cualquier programa de voluntariado de Tandana es el proyecto comunitario. Este es un proyecto propuesto por los miembros de la comunidad y luego se combina con un próximo grupo de voluntarios que esta en la mejor disposición de contribuir. Como coordinador de programas de la Fundación Tandana, es una de mis responsabilidades facilitar y organizar la logística de trabajar en un proyecto con miembros de la comunidad y voluntarios. Nos gusta ser sinceros acerca de cuáles son las expectativas de lo que un grupo puede lograr de manera realista durante su estadía.

A diferencia de otras organizaciones, no prometemos que vendrá un grupo y podrá ver un proyecto de principio a fin en una semana; más bien, nos aseguramos de que cada grupo sepa que están contribuyendo al panorama general. Muchos proyectos, como construir un tanque de agua, construir y pintar un centro comunitario o instalar nuevas tuberías para un sistema de agua, requieren múltiples fases de trabajo y, por lo tanto, el esfuerzo de múltiples grupos. Cada fase de un proyecto requiere el compromiso de la comunidad y de los voluntarios. Los miembros de la comunidad están en el sitio todos los días trabajando y guiando a los voluntarios sobre cómo se ejecutará el plan. Para explicar cómo pueden ser estas diferentes fases, lo guiaré a través de la línea de tiempo de uno de los proyectos en los que Tandana trabajó durante 2019, la construcción de un tanque de agua en Motilon Chupa.

Motilon Chupa es una pequeña comunidad ubicada aproximadamente a una hora de Otavalo. Los miembros de la comunidad se acercaron a la fundación en 2018 con una propuesta para construir un tanque de agua para aprovechar mejor el agua de un arroyo de montaña, tanto para riego como para uso personal. En este punto, las tuberías del arroyo a la comunidad ya estaban en su lugar, pero sin un tanque formal, las tuberías a menudo estaban llenas de rocas y barro. Además, durante los meses secos de verano, el agua era escasa.

La primera fase del tanque comenzó cuando los estudiantes del programa ACES de la Northeastern University vinieron para sus vacaciones de primavera en marzo de 2019. Pasaron una semana sacando barro y rocas del pozo para definir mejor el contorno del tanque. Esto también incluyó tallar la parte posterior del área de roca y tierra para que no hubieran deslizamientos de tierra en el pozo. Aquí puede ver algunas fotos del grupo trabajando junto a miembros de la comunidad para vaciar los escombros del pozo, así como también el aspecto del área original antes de que la construcción pudiera comenzar. Los voluntarios se turnaron para palear, empujar carretillas llenas de material, pasar cubos de lodo y transportar rocas para alcanzar la profundidad y el ancho deseado del pozo.

La siguiente fase del tanque comenzó en mayo de 2019, cuando los estudiantes de la Universidad de Colgate pasaron dos semanas viviendo en Motilon Chupa con familias de acogida. Este grupo tuvo la tarea más difícil: mezclar material para hacer cemento y llevar el cemento al tanque. Este es un proceso que requiere mucho trabajo y tiempo. Una vez que se agrega agua al material, debe mezclarse y transportarse rápidamente antes de que comience a fraguar. La combinación de cemento seco, arena, grava y agua se mezcló a mano con palas y azadas, y se transportó mediante carretillas y cubos. Afortunadamente, algunos miembros de la comunidad son maestros, personas con el conocimiento para liderar proyectos de construcción. Guiaron al grupo sobre la cantidad correcta de materiales y las mejores técnicas para mezclar el cemento. Todos se turnaban para mezclar y unirse a la línea de fuego para llevar materiales colina arriba al sitio del tanque. A continuación puede ver parte de ese proceso, así como la capa base del tanque y las primeras paredes que se están construyendo.

La siguiente etapa del proyecto no tuvo lugar hasta noviembre de 2019. Un grupo de estudiantes del año sabático de ARCC se quedó casi una semana en Motilon Chupa para trabajar en la próxima fase de construcción. Esto también incluía mezclar cemento y transportar materiales para construir la pared posterior del tanque. En estas fotos puede ver a los voluntarios y miembros de la comunidad trabajando desde el interior del tanque, así como al maestro del proyecto mirando el proyecto casi final. En este punto, el tanque está casi completo y se puede usar como depósito de agua, pero todavía hay algunos toques finales para agregar.

La fase final de este proyecto incluirá cubrir el tanque con una tapa de plástico para que los desechos no puedan contaminar el agua en el interior, una pequeña “acera” de cemento alrededor del perímetro del tanque y una cerca de alambre de púas alrededor del área para evitar animales como perros. y las vacas por acercarse demasiado al área.

Como puede ver, este era un proyecto que requería mucho trabajo manual y no podía completarse de una vez. Se requirió un compromiso de los miembros de la comunidad para participar en cada día de trabajo con los voluntarios, muchas horas de planificación y unos meses de espera para un grupo de voluntarios que sería una buena opción para trabajar en este proyecto. Cada uno de los tres grupos trabajó en partes esenciales de este proyecto, y todos los voluntarios trabajaron extremadamente duro para contribuir tanto como pudieron en un corto período de tiempo para ayudar a llegar a la siguiente fase. Los miembros de la comunidad estarán de acuerdo en que fue un proceso largo y difícil, pero que fue una gran experiencia recibir voluntarios en Motilon Chupa y trabajar juntos para construir el nuevo tanque de agua.

Por Charlotte Ford, Coordinadora del programa

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Un coup d’oeil sur les plusieurs phases des projets de communauté sur lesquels les bénévoles travaillent

L’objectif de toute Tandana initiative bénévolat, c’est le projet communautaire. C’est un projet proposé par les membres de la communauté, puis associé avec un groupe de bénévoles à venir qui contribuera le mieux possible. En tant que coordinateur de programme pour le Fondation Tandana, c’est l’une de mes responsabilités d’organiser et de faciliter les logistiques que travailler sur un projet avec les membres d’une communauté et les bénévoles nécessite. Nous aimons être franc sur ce que les attentes sont pour ce qu’un group peut accomplir de façon réaliste pendant leur séjour.

Contrairement aux autres organisations, nous ne promettons pas qu’un groupe viendra et sera capable de voir un projet du début à la fin; plutôt, nous assurons que chaque groupe sait qu’ils contribuent à l’image complet. De nombreux projets, comme construire un réservoir d’eau, construire et peindre un centre de communauté ou installer de nouveaux tuyaux pour un système de distribution de l’eau requièrent plusieurs phases de travail et donc l’effort de plusieurs groupes. Chaque phase d’un projet nécessite l’engagement de la communauté ainsi que les bénévoles. Les membres de la communauté sont sur site, tous les jours, travaillant et guidant les bénévoles sur comment le plan sera exécuté. Pour expliquer à quoi peuvent ressembler ces phases, je vais vous guider à travers l’un des projets sur lesquels Tandana a travaillé en 2019, la construction d’un réservoir d’eau en Motilon Chupa.

Motilon Chupa est une petite communauté qui se trouve à une heure d’Otavalo. Les membres de cette communauté nous ont approché en 2018 avec un proposition de construire un réservoir d’eau pour mieux dompter l’eau d’un torrent de montagne, tant pour l’irrigation que pour l’usage personnelle. A ce point, les tuyaux étaient déjà en place, pourtant sans un réservoir d’eau formel, les tuyaux étaient souvent remplis de roches et de boue. De plus, pendant les mois secs d’été, l’eau était très limitée.

La première phase du réservoir a commencé quand les étudiants de la programme ACES à l’université de Northeastern sont venus pour leur vacances de printemps en mars 2019. Ils ont passé une semaine portant de la boue et des roches hors de la fosse afin de mieux définir le contour du réservoir. Cela comprenait également le découpage de la partie arrière de la zone rocheuse afin que les glissements de terrain ne se produise pas. Ici, vous pouvez voir quelques photos de la groupe travaillant aux côtés des membres de la communauté pour vider les débris de la fosse, ainsi qu’une photo de ce à quoi ressemblait l’endroit originale avant le début de la construction. Les bénévoles ont pris tour à tour le rôle de pelleter, pousser la brouette rempli avec des matériaux, passer les seaux de boue et porter des roches pour atteindre la profondeur et la largeur souhaitées de la fosse.

La prochaine phase du réservoir a commencé en mai 2019, quand les étudiants de l’université de Colgate ont passé deux semaines vivant dans des familles d’accueil en Motilon Chupa. Ce groupe avait la tâche la plus difficile- mélanger des matériaux afin de faire un ciment et l’apporter au réservoir. C’est un processus qui nécessite une main-d’oeuvre abondante où le temps est contraint. Une fois que l’eau est ajoutée aux matériaux, le mélange doit être mélangé et transporté rapidement avant qu’il commence à geler. La combinaison du ciment sec, du sable, du gravier et de l’eau a été mélangé par des pelles et des houes et elle a été transporté par des brouettes et des seaux. Heureusement, quelques membres de la communauté sont des maestros, des maçons qualifiés qui dirigent les projets de construction. Ils ont guidé le group sur la quantité correcte des matériaux et sur les meilleures techniques pour mélanger le ciment. A tour de rôle, tout le monde a mélangé et s’est joint à la ligne de feu pour transporter des matériaux au site de réservoir, en haut de la colline. Au dessous, vous pouvez voir une partie du processus ayant lieu ainsi que la couche de base du réservoir et les premiers murs en cours de construction.

L’étape suivante du projet n’a pas eu lieu jusqu’à novembre 2019. Un groupe d’étudiants ARCC qui ont pris une année sabbatique ont resté presque une semaine en Motilon Chupa pour travailler sur la prochaine phase de la construction. Cela comprenait mélanger le ciment et apporter des matériaux pour construire le mur arrière du réservoir aussi. Dans ces photos, vous pouvez voir les bénévoles et les membres de la communauté travaillant de l’intérieur du réservoir ainsi que le maestro du projet regardant sur le projet presque fini. A ce point, le réservoir est presque complet mais il y a une dernière main à mettre.

La phase final de ce projet s’agit de couvrir le réservoir d’un couvercle en plastique afin que les débris ne puissent pas contaminer l’eau à l’intérieur, construire un petit “trottoir” en ciment autour du périmètre du réservoir et mettre une clôture en fil de fer barbelé autour du périmètre pour empêcher des animaux tels que des chiens et des vaches de trop s’en approcher.

Comme vous pouvez voir, c’était un projet qui a requis beaucoup de travail manuel et qui n’a pas pu être complété toute à la fois. Il a requis de l’engagement par les membres de la communauté pour participer aux travaux chaque jour avec les bénévoles, longues heures de planification et quelques mois d’attente pour un groupe de bénévoles qui conviendrait bien à ce projet. Chacun de ces trois groupes ont travaillé sur des parties essentiels de ce projet et tous les bénévoles ont travaillé extrêmement fort afin de contribuer autant qu’ils puissent dans un temps très court pour aider passer à la phase prochaine. Les membres de la communauté seront d’accord que c’était un processus long et difficile, mais que c’était un expérience extraordinaire d’héberger des volontaires en Motilon Chupa et de travailler ensemble pour construire un réservoir d’eau tout nouveau.

Par Charlotte Ford, Coordonnatrice de programme

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