Quichinche-Sharon Exchange Part 1: Celebrating a successful collaboration and enriching cultural exchange

This year, The Tandana Foundation organized a virtual exchange program connecting Sharon High School students in the U.S. with students at the Ulpiano Navarro School in Quichinche, Ecuador.  Through the program, the students from both schools were able to learn about each other and also work together to improve the Ulpiano Navarro School’s building.

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Intercambio Quichinche-Sharon Parte 1: Celebrando una colaboración exitosa y un intercambio cultural enriquecedor

Este año, la Fundación Tandana organizó un programa de intercambio virtual que conecta a los estudiantes de la Escuela Secundaria Sharon en los EE. UU. con estudiantes de la Escuela Ulpiano Navarro en Quichinche, Ecuador. A través del programa, los estudiantes de ambas escuelas pudieron aprender unos de otros y también trabajar juntos para mejorar el edificio de la Escuela Ulpiano Navarro.

Esta es la primera de dos publicaciones que comparten las reflexiones de los estudiantes y profesores de Ulpiano Navarro sobre el programa de intercambio. A continuación, la maestra que trabaja con el Gobierno Estudiantil del Colegio Ulpiano Navarro y un estudiante describen la experiencia que vivieron, no solo conociendo amigos estadounidenses, sino completando un proyecto extremadamente importante juntos.

Pilar Salazar, profesora que trabaja con el gobierno estudiantil

Dos años después que la pandemia cambio nuestro estilo de vida, regresamos a nuestra querida escuela, nos dio mucha alegría poder volver y al mismo tiempo nos invadió la nostalgia al ver el aspecto que tenía, estaba sin el color característico que adorábamos ver cada día, era como que si la escuela entristeció al ver que nadie venia alegrar sus aulas, no escucho por mucho tiempo el chillido de los niños, las risas, los juegos el canto de todos los pequeños.

Pilar Salazar

Antes de empezar la pandemia fui parte de un grupo de estudiantes que forman el Gobierno Estudiantil,  ellos querían dejar una pequeña  huella en la sociedad;  deberíamos intentar  por algún lado; y es así como empezamos armar un proyecto  de trabajo comunitario; nos proyectamos  con los ojos cerrados porque teníamos la seguridad que ahí estaba entre los sectores más vulnerables una amiga, una gran amiga… FUNDACION TANDANA,      no nos equivocamos empezamos las conversaciones;  al inicio los estudiantes estaban un poco temerosos por la nueva modalidad de conexión con los chicos y chicas de los Estados Unidos poco a poco fue pasando el nerviosismo y los días que teníamos el intercambio se convirtieron en las experiencias más inolvidables que tuvieron nuestros estudiantes.

El Gobierno Estudiantil tuvo un arduo trabajo, FUNDACION TANDANA acogió nuestro proyecto   y fue todo un éxito. Empezamos con la minga para pintar la escuela, el proyecto del parqueo de bicicletas quedo fenomenal y para continuar con la norma fundamental de aseo y poder contra restar la pandemia se colocó los lavamanos al ingreso de la Institución.

Estamos convencidos que el trabajo en equipo es un medio para lograr los objetivos que nos proponemos, esta vez nos unimos con amigos de la misma edad y convicción,  la Unidad Educativa Ulpiano Navarro y ESTADOS UNIDOS, gracias por ayudarnos a crear un espacio de participación y así dejar sembrada una semilla que a futuro germinara en las próximas generaciones.

Esta vez un proyecto concluyo, pero mientras estén Anita,  Vicente, Verónica, y las demás  personas que estén representando a FUNDACION TANDANA  seguirán existiendo  sueños y no abran barreras ni tiempo ni espacio  para hacer grandes amigos

Con infinita gratitud

Pilar

Gabriela Perugachi, presidenta del gobierno estudiantil

Pilar Salazar (izquierda) y Gabriela Perugachi (derecha)

En este día que se cierra un ciclo en mi vida estudiantil quiero compartir con ustedes un poco de mi cultura. Vengo de una sociedad indígena en donde practicamos el RANTI RANTI, principio indigenista ecuatoriano como guía de las relaciones sociales comunitarias de ayuda mutua.

El trabajo realizado en nuestra Institución es una muestra viva de este principio RANTI RANTI,

Ustedes mis queridos amigos también pusieron sus manos para poder cumplir un reto que nos propusimos hace dos años atrás cuando la pandemia interrumpió nuestro sueño; nosotros aquí recibimos su donación y como contrapartida trabajamos con padres, madres de familia, estudiantes, profesores, estudiantes que reciben las becas de TANDANA y todas las personas que están al frente en la coordinación de la fundación.

Gracias mis queridos amigos por todo el apoyo que nos dieron;  para finalizar quiero compartir con ustedes tres valores muy importantes que nuestros mayores siempre nos han inculcado:

AMA KILLA, AMA LLULLA, AMA SHWA  (no ser perezoso, no ser mentiroso, no ser ladrón)

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Quichinche-Sharon Exchange Part 1: Celebrating a successful collaboration and enriching cultural exchange

This year, The Tandana Foundation organized a virtual exchange program connecting Sharon High School students in the U.S. with students at the Ulpiano Navarro School in Quichinche, Ecuador.  Through the program, the students from both schools were able to learn about each other and also work together to improve the Ulpiano Navarro School’s building.

This is the first of two posts sharing Ulpiano Navarro student and teacher reflections from the exchange program. Below, the teacher who works with the Ulpiano Navarro School Student Government and a student describe the experience they had, not only getting to know American friends, but completing an extremely important project together.

Pilar Salazar, teacher who works with the student government

Pilar Salazar

Two years after the pandemic changed our way of life, we returned to our beloved school. We were very happy to be able to return and, at the same time, we were overcome by nostalgia when we saw the state it was in: It lacked the characteristic color that we looked forward to seeing every day. It was as if the school was saddened by the fact that no one graced its classrooms anymore. It hadn’t heard the children’s shrieks, their laughs, the games, the little ones’ songs in a long time.

Before the pandemic began, I worked with a group of students that formed the Student Government. They wanted to leave a small impact on society; we wanted to try somehow, and that’s how we started to put together a communal work project. We presented ourselves, with our eyes closed, because we knew with certainty that there was an ally, a great ally, among the most vulnerable sectors: The Tandana Foundation. We were not in error. We began to converse. At first, the students were a little nervous due to the new means of connecting with the boys and girls in the United States, but they slowly grew more certain and the days we had the intercultural exchange became some of the most unforgettable experiences of our students’ lives.

The Student Goverment had a difficult task before them. The Tandana Foundation accepted our project, and it was a huge success. We started with the minga [collective work], to paint the school; the bicycle parking spot project was stellar; and, to further the essential standard of cleanliness and to help slow the pandemic, we set up washbasins at the school’s entrance.

We are certain that teamwork is a means of achieving our goals. This time, we collaborated with colleagues of the same age and conviction, the Ulpiano Navarro Educational Unit and the United States. Thank you for helping us to build a communal space and thereby sowing the seeds that will blossom in the future for future generations.

At this time our project draws to a close, but as long as Anita, Vicente, Verónica, and all the other representatives of The Tandana Foundation are here, dreams will continue to flourish and there is no barrier nor time nor space that will keep us from making fast friends.

Gabriela Perugachi, president of the student government

Pilar Salazar (left) and Gabriela Perugachi (right)

On this, the day on which a chapter of my life as a student comes to a close, I want to share with you some of my culture. I come from an indigenous society, where we practice ranti ranti, an indigenous Ecuadorian principle that serves as a guide for our communal social relationships in terms of mutual aid.

The work performed in our institution is a living example of the principle of ranti ranti.

You, my dear friends, you also put your hands to work, helping us tackle the challenge that we proposed for ourselves two years ago when the pandemic interrupted our sleep. We received your donation and, in return, we worked with heads of households, mothers, students, teachers, recipients of the Tandana scholarships, and everyone else that is at the forefront of the foundation’s administration.

Thank you, my dear friends, for all of your support. To close, I’d like to share with you three important values that our elders have always pressed upon us:

AMA KILLA, AMA LLULLA, AMA SHWA  [Don’t be lazy, don’t lie, don’t steal]

Français

Échange Quichinche-Sharin Partie 1 : Célébrer la collaboration réussie et le riche échange culturel

Cette année, la Fondation Tandana a organisé un programme d’échange virtuel entre les élèves du Lycée de Sharon aux États-Unis et ceux de l’école Ulpiano Navarro à Quichinche, en Équateur. À travers ce programme, les élèves des deux établissements ont pu apprendre à se connaître et à travailler ensemble afin d’améliorer le bâtiment de l’école Ulpiano Navarro.

Ce post est le premier des deux articles partageant les remarques des élèves et d’une enseignante de Ulpiano Navarro sur le programme d’échange. Ci-dessous, une enseignante collaborant avec le conseil d’élèves de l’école Ulpiano Navarro et une élève nous décrivent leur expérience : apprendre à connaître des camarades américains mais aussi mener à bien un projet extrêmement important.

Pilar Salazar, enseignante collaborant avec le conseil d’élèves

Pilar Salazar

Deux ans après que la pandémie ait changé nos modes de vie, nous avons pu retourner dans notre école adorée. Nous étions très contents de revenir mais la nostalgie a pris le dessus quand nous avons l’état dans lequel elle était : sa couleur caractéristique que nous retrouvions chaque jour avec hâte n’y était plus. C’était comme si l’école était attristée par le fait que ses salles de classe soient désormais vides, que les cris, les rires, les jeux et les chansons des petits ne résonnent plus entre ses murs depuis tout ce temps.

Avant le début de la pandémie, j’ai travaillé avec un groupe d’élèves qui formait le conseil d’élèves. Ils voulaient avoir un petit impact sur la société ; nous voulions essayer tant bien que mal. C’est ainsi que nous avons créé un projet de travail commun. Nous nous sommes présentés les yeux fermés car nous savions avec certitude que dans les secteurs le plus vulnérables, un allié, un grand allié, était présent : la Fondation Tandana. Nous ne nous étions pas trompés. Nous avons entamé la conversation. Au départ, les élèves étaient un peu inquiets à cause des nouveaux moyens de connexion avec les filles te les garçons des États-Unis, mais ils ont doucement gagné en assurance et les jours de l’échange interculturel sont devenu une expérience inoubliable dans la vie de nos élèves.

Le conseil des élèves avait une tâche difficile à accomplir. La Fondation Tandana a accepté notre projet, et ce fut un énorme succès. Nous avons commencé par le minga (travail collectif) de repeindre l’école. Le projet du garage a vélos était extraordinaire et, pour promouvoir l’hygiène et ralentir la propagation de la pandémie, nous avons installé des lave-mains à l’entrée de l’école.

Nous sommes certains que le travail d’équipe permet d’atteindre nos objectifs. Cette fois, nous avons collaboré avec des collègues du même âge et ayant les même convictions : l’école Ulpiano Navarro et les États-Unis. Nous vous remercions de nous avoir aidé à construire un espace commun et par la même occasion, d’avoir planté les graines qui floriront pour les futures générations.

En ce moment même, notre projet touche à sa fin mais tant qu’Anita, Vicente, Verónica et tous les autres représentants de la Fondation Tandana sont présents, les rêves continueront de prospérer and aucun barrière temporelle, spatiale ne nous empêchera de nous faire des amis.

Gabriela Perugachi, présidente du gouvernement étudiant

Au sujet de la journée qui a clôturé un chapitre de ma vie d’étudiante, je souhaiterais partager avec vous une partie du ma culture. Je viens d’une famille autochtone dans laquelle nous pratiquons le ranti ranti, un principe indigène de l’Équateur qui sert de guide aux relations sociales communes en matière d’aide mutuelle.

Pilar Salazar (à gauche) et Gabriela Perugachi (à droite)

 Le travail effectué dans notre institution est un exemple vivant du principe de ranti ranti.

Vous aussi, mes chers amis, vous contribuez à nous aider à réussir le challenge que nous nous sommes lancés il y a deux ans, quand la pandémie a interrompu notre sommeil. Nous avons reçu votre donation et en échange, nous avons travaillé avec des chefs de famille, des mères, des élèves, des enseignants, des élèves bénéficiant de la bourse d’études Tandana et tous ceux qui sont en charge de la gestion de la fondation.

Je vous remercie, mes chers amis, pour votre soutien. Pour conclure, j’aimerais partager avec vous trois valeurs importantes que nos aînés nous ont toujours inculqué :

AMA KILLA, AMA LLULLA, AMA SHWA (Ne sois pas un fainéant, ne sois pas un menteur, ne sois pas un voleur)

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